Los trenes sólo pasan una vez.
Hay trenes de chocolate, de esos que tienes que empezar a comértelos por las ruedas para que no se escapen. Esos trenes, se deshacen lentamente cuando te sientas, nunca llegan a ninguna parte, ni hacen uuuuuuuuuuuh, uuuuuuuuuuuuuuuh. Tu compañero de viaje, también es de chocolate, y se va dejando morder por todo el mundo que avanza por el pasillo. Acabas con dolor de barriga, llena de granos, e incluso a veces con una fisura por el estreñimiento. Todo el viaje se ve de color marrón… chocolate. Puedo caerme y ser arrollada. Me quedaría coja de por vida.
Hay otros trenes, que son de dieta mediterránea, sana y equilibrada. No todo el tren está rico, pero es sano. Tal vez, el combustible se acabe y el viaje no sea eterno, pero al menos será un viaje agradable, y la despedida no será dolorosa. Tu compañero de viaje, no es perfecto, pero tiene una bonita conversación y juntos resolvéis grandes problemas con la palabra. Prefiero esperar a que pase mi tren y hacer un viaje seguro.
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3 comentarios:
Ya verás como llega ese tren, te lo mereces.
Hasta el infinito y más allá
no estoy yo tan segura. qué ajjjjjjjco de hombres!
Hola Ana, que ya está el capitulo de lo del asilo en mi blog, por si lo quieres seeguir.
Un saludo.
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