jueves, 24 de julio de 2008

LOS PLACERES DE LA VIDA

Un helado de chocolate a la una de la madrugada, en el porche, oyendo a los vecinos cuchichear.
Un donut de chocolate blanco en cualquier soportal de la Gran Vía, mirando a todo el mundo correr, y sacando el oído selectivo para escuchar sólo la lluvia (sí, se puede hacer, incrédulos).
Sentir que te chorrea el sudor y meterte en la piscina sabiendo que hoy, no tienes nada más trabajoso que hacer.
Acabar de limpiar toda la casa y tirarte en el sofá a escuchar el silencio (ni un ácaro se escucha comer, los he echado todos fuera!).
Salir de la ducha, y sentirte sexy porque sabes que hoy, te has deshecho de todos los pelos inservibles de tu cuerpo (las cejas sirven para que no entre sudor en los ojos, y los de la cabeza para no parecer bombilla).
Un trocito de tarta de queso a escondidas del mundo, cuando juras a diario que hoy, tampoco te saltaste la dieta.
Hacer zapping y eeeeeeeh, esa peli hace mucho que no la veía, y es mi favorita! (Echo de menos Mary Poppins y El Mago de Oz).
Abrir una caja del fondo del armario y encontrar ese pin que te regaló… en ese momento que…
Pasar las páginas de tu agenda (que no es lo mismo que mirar la lista de contactos del móvil) y darte cuenta al acabar, que te has pasado todo el rato sonriendo!
Recorrer tus vivencias sexuales y sentir en lo más profundo de ti que aún eres pura porque ese alguien no ha llegado aún. (La esperanza es lo último que se pierde).
Saltar como una cría en un probador, porque síiiiiiii, es una talla menos!!!!!!!!!!!!!!! Toma!
Un par de huevos fritos con patatas y darte el gustazo de quitarte los zapatos y dormirte sin ni siquiera quitar la mesa (si eso, ya luego…).
Que te llame ese imbécil que pasó de ti hace tiempo para decirte cuánto te echa de menos y responderle “perdona, no te he entendido, es que mi marido me está haciendo muy, muy, pero que muy feliz en este momento, decías…?” (toma farolazo).
Levantarte después de una fiesta en tu casa y darte cuenta de que tu amiga entró sigilosamente por la mañana y lo recogió todo.
Tener una agradable conversación con un amigo, aunque sea estando callados.
Confesar algo íntimo y feo a ojos de la sociedad y que la persona que esté delante de ti se ría, te agarre del brazo y diga “a mí me pasó lo mismo” (el placer de respirar).
Parir. Te quedas más a gusto… Y darte cuenta de que ya no tienes que levantarte veinte veces a hacer pis por la noche… eso no tiene precio!
El día de tu cumpleaños, a última hora, en el último momento, justo antes de las doce, leer ese mensaje de felicitación que pensabas que esa persona, no se acordaría de mandarte.
Levantarte a las doce de la mañana y saber que te puedes quedar un ratito más porque tienes hasta la comida hecha.
Estar cada día más segura de que no te equivocabas con esa persona.
Continuará…

2 comentarios:

Jeanne dijo...

Ummmm has hecho una lista muy interesante de placeres, una perfecta colección de pequeñas y grandes cositas.

Felices placeres.

ana dijo...

a veces no somos conscientes de estas cosas. es una pena.